¿Cuál es la diferencia entre el gobierno de la iglesia presbiteriana y las iglesias bautistas reformadas?

Pregunta:

Dios lo guarde pastor, me gustaría saber la diferencia entre la iglesia bautista reformada a una presbiteriana especialmente en el gobierno de la iglesia. 

Un abrazo.

Respuesta:

Apreciado Diego,
 
Gracias por enviarnos su pregunta. Pedimos disculpa por la demora en responder, lastimosamente tenemos poco personal para atender los asuntos del ministerio y a diario recibimos muchos mensajes y preguntas.
Respecto a su pregunta ¿Cuál es la diferencia en el sistema de gobierno de las iglesias presbiterianas reformadas y las iglesias bautistas reformadas? Con mucho gusto trataremos de aclarar su inquietud.
Tanto las iglesias presbiterianas (históricas y reformadas) como las bautistas reformadas comparten un alto porcentaje de la misma fe, toda vez que se identifican con la misma confesión de fe (la confesión de Londres de 1689 es una copia de la confesión de Westminster con modificaciones en la eclesiología). Tal vez somos las únicas denominaciones que comparten en un 99% la misma doctrina.
Ahora, las diferencias más profundas que existen entre estos dos grupos de cristianos se relacionan con el tema de la teología del pacto, los sujetos y modo del bautismo y el gobierno de la iglesia.
Respecto al gobierno de la iglesia, ambos grupos de iglesias están de acuerdo en que las comunidades locales sean gobernadas por un cuerpo de ancianos, además de la colaboración de los diáconos. Pero, aunque ambos están de acuerdo en el gobierno a través de ancianos, hay algunas diferencias en el sistema de gobierno:
 
Respecto a los ancianos, las iglesias presbiterianas establecen una diferencia entre los ancianos docentes y los ancianos gobernantes. Los primeros son los pastores, y los segundos se ocupan del gobierno de la iglesia junto con los pastores o ancianos docentes. Ellos hacen esta diferencia basados, entre otros pasajes, en 1 Timoteo 5:17 “Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar”. Según su interpretación, los presbiterianos llegan a la conclusión que en la iglesia hay ancianos que se dedican a la predicación (pastores) y otros que básicamente se ocupan de gobernar (gobernantes), los cuales no necesariamente son pastores. Las iglesias bautistas reformadas afirman también que no todos los ancianos se ocupan tiempo completo de la predicación, sino que algunos entre ellos, conforme a los dones que Dios ha dado, se dedicarán a esta labor, pero, esto no significa que el resto de ancianos no sean pastores, o no tengan el don de predicar; pues, cuando la Biblia establece los requisitos para ser anciano, obispo o pastor, establece que sea “apto para enseñar” (1 Tim. 3:2). De manera que entre los bautistas reformados todos los ancianos son pastores y deben tener el llamado ministerial así  como el don de la enseñanza.
 
Respecto al presbiterio. Para los bautistas reformados el presbiterio está conformado por los ancianos o pastores de una iglesia local, pero para los presbiterianos este cuerpo está conformado por los representantes de los ancianos de diferentes iglesias locales de una región o nación. Es decir, los bautistas reformados no conforman denominaciones con un gobierno central, sino que cada iglesia local es autónoma, gobernada por Cristo a través de los ancianos ordenados. Esto no significa que en las iglesias presbiterianas reformadas (como las misiones de la PCA en algunas naciones Latinoamericanas) las iglesias locales no tengan cierta autonomía, pero, debido a su sistema de gobierno intereclesiástico, las decisiones del presbiterio afectan a todas las iglesias locales.
 
Respecto al sínodo. Las iglesias presbiterianas reformadas conforman gobiernos centrales para toda una nación a través de representantes enviados de cada presbiterio regional, cuyas decisiones también afectan a las iglesias locales. A este organismo central se le llama Sínodo. En el caso de los bautistas reformados, pueden conformar asociaciones de iglesias, pero nunca serán de un carácter denominacional donde se tomen decisiones que afecten a las iglesias locales. Los bautistas reformados no establecen jerarquías de gobierno, pues, cada iglesia local es autónoma, soberamente gobernada por Cristo a través de su Palabra (fundamento apostólico), guiada por un cuerpo de ancianos reconocidos y ordenados por la misma iglesia local.
 
Su servidor en Cristo,
Julio César Benítez
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