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Cuando estemos en el cielo ¿Reconoceremos a nuestra familia y conocidos?

Pregunta:

Sabemos que usted tiene un foro dentro de la pagina de carácter cristiano y que podemos hacer preguntas, una hermana de la iglesia tiene la siguiente pregunta. 1. Cuando estemos en el cielo ¿Reconoceremos a nuestra familia y conocidos? según la predica de Spurgeon en la predica sobre resurrección carnal asegura que si pero hay poca argumentación bíblica.
2. ¿Qué pasará en el reino milenial? ¿los casados seguiremos con nuestras esposas y los solteros conseguirán esposas?
3. ¿Qué pasa con el rapto de la iglesia? Un abrazo, Diego.

Respuesta:

Apreciado Diego, Gracias por enviarnos sus tres preguntas, las iremos respondiendo una a una.

1. Cuando estemos en el cielo ¿Reconoceremos a nuestra familia y conocidos? según la predica de Spurgeon en la predica sobre resurrección carnal asegura que si pero hay poca argumentación bíblica.

Primero, es necesario aclarar que este tema no es absolutamente fundamental para el crecimiento en nuestra vida cristiana, por lo tanto, si hay diferencias de interpretación entre distintas líneas de pensamiento evangélico, esto no debe ser motivo para la feroz controversia o la mutua descalificación.
Ahora, la doctrina de la segunda venida de Cristo y el estado futuro de los salvos sí es una doctrina fundamental y forma parte del cuerpo de creencias que todo cristiano debe creer, no obstante, siendo que la Biblia no nos da detalles de algunos asuntos, entonces es pertinente las diferencias de interpretación.
La resurrección de los muertos creyentes, o la transformación que sufrirán estos al ser arrebatados en las nubes, nos permitirá tener cuerpos glorificados, es decir, perfeccionados, carentes de muchas de las limitaciones que tenemos hoy día, sin deterioro ni imperfección alguna.
El aspóstol Pablo responde a la pregunta ¿Cómo serán nuestros cuerpos en la resurrección o la glorificación? Leamos lo que él nos dice en 1 Corintios 15:

«35. Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán?
36. Necio, lo que tú siembras no se vivifica, si no muere antes.
37. Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, ya sea de trigo o de otro grano;
38. pero Dios le da el cuerpo como él quiso, y a cada semilla su propio cuerpo.
39. No toda carne es la misma carne, sino que una carne es la de los hombres, otra carne la de las bestias, otra la de los peces, y otra la de las aves.
40. Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; pero una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales.
41. Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en gloria.
42. Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción.
43. Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder.
44. Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.
45. Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.
46. Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.
47. El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.
48. Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales.
49. Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.
50. Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.
51. He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,
52. en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
53. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.
54. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria«.

Tomando las declaraciones de Pablo podemos tener claridad en los siguientes asuntos:

– ¿Serán nuestros cuerpos glorificados, idénticos a los que tenemos hoy día? Pablo dice: Lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, es decir, habrá una diferencia entre el cuerpo que tenemos ahora y el que recibiremos luego de la resurrección.

– Hay muchas diferencias entre nuestros cuerpos actuales y los glorificados: El primero es terrenal, el segundo es celestial. El primero es corruptible, el segundo es incorruptible. El primero está en deshonra, a causa del pecado y las consecuencias de éste, pero el segundo será glorioso. El primero es débil, el segundo está revestido de poder. El primero es mortal, el segundo inmortal.

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El cuerpo de los creyentes será transformado, ya sea a través de la resurrección o el arrebatamiento, y vendrán a ser como es el cuerpo de Cristo, pues, Pablo dice que nosotros hemos traído la imagen del terrenal en nuestros cuerpos corruptibles (Adán), pero en la glorificación nuestros cuerpos serán a la imagen del celestial (Cristo), entonces, siendo que nuestros cuerpos glorificados serán como el de Cristo, nos es necesario revisar en las Sagradas Escrituras qué pasó con el cuerpo de Cristo.

Aunque Su cuerpo resucitado tenía importantes diferencias con relación al anterior cuerpo mortal, no obstante, pudo ser reconocido por sus discípulos, aunque no de una manera tan simple u obvia: “Los discípulos reconocieron el cuerpo glorificado de Jesús. Por lo cual sabemos que está en el cielo con su propio cuerpo físico. Nosotros también tendremos nuestros cuerpos cuando venga la resurrección. Pablo identifica el cuerpo resucitado como espiritual, lo que no quiere decir que sea inmaterial, sino que ha asumido una dimensión diferente.”

Nuestros cuerpos, en la vida celestial, no serán meros espíritus, sino que tendrán nuevas características que lo capacitan para vivir en un mundo perfecto, por eso Pablo le llama cuerpo espiritual. Nuestros espiritus gobernarán a nuestros cuerpos, y no a la inversa, como sucede en la actualidad. Pero, aunque nuestros cuerpos estarán revestidos de gloria y tendremos nuevas y perfectas características, no obstante, podremos reconocernos, pues, Jesús pudo ser reconocido por sus discípulos.

Alguien puede decir, si, lo reconocieron, pero no fue tan fácil, pues, algunos de ellos no se dieron cuenta que él era Jesús sino hasta cuándo él mismo lo reveló. Pero a esto respondemos, no lo pudieron reconocer al principio, porque el cuerpo de Jesús estaba en un estado de gloria e incorrupción, y los ojos mortales de los discípulos, así como su conocimiento, no había sido perfeccionado, y por lo tanto estaban muy limitados para ver las cosas celestiales, pero siendo que en el cielo nuestro conocimiento será perfeccionado, entonces podremos reconocernos.

No encontramos en las Sagradas Escrituras ninguna enseñanza que nos indique que no podremos reconocernos en el estado eterno, es más, me atrevería a afirmar, que, siendo nuestro conocimiento perfeccionado, entonces seremos capaces de conocer a todos los santos, así no los hayamos conocidos en esta tierra.

Su servidor en Cristo,

Julio César Benítez

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