¿Qué pasó con la iglesia católica?

Pregunta:

Soy catolico bautizado a los 18 años estoy algo confundido jesus dijo mi iglesia no tendra fin que paso con la iglesia catolica. y si es biblico el divorcio y si hay morivos para eso.

Respuesta:

Saludos cordiales.

Siendo que usted nos envía dos preguntas en su mensaje, las vamos a responder por separado. Primero respondamos la pregunta relacionada con la permanencia y perpetuidad de la iglesia católica.

Jesús dijo en Mateo 16:18 “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del hades no prevalecerán contra ella”. El Salvador ha prometido que Su iglesia, la que él está edificando será perpetua y nada podrá acabarla.

Ahora, esto no significa que las iglesias locales no tendrán fin. Muchas de las iglesias locales que surgieron en el primer siglo, y que fueron fundadas por los apóstoles, desaparecieron. Algunas se volvieron apóstatas, es decir, dejaron de ser iglesias de Cristo y se convirtieron en sinagoga de Satanás.

El Señor Jesús garantizó la continuidad de la verdadera iglesia, pero advirtió a muchas iglesias locales que si seguían admitiendo en su seno errores doctrinales y de práctica, él las abandonaría y ya no serían más iglesias bíblicas: “Recuerda, por tanto, de dónde has caído y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido” (Ap. 2:5). El candelero representa al Espíritu Santo, y éste sería quitado de toda iglesia que se aparte de la doctrina y práctica apostólica.

Ahora, lo que nosotros vemos en los siglos II, III, pero especialmente desde el IV es que buena parte de la cristiandad profesante empieza a partarse paulatinamente de la doctrina apostólica y se dedica a adicionar doctrinas de hombres y tradiciones humanas a la fe y práctica cristiana. Esta contaminiación llegó a tal punto que el Señor quitó el candelero de la mayoría de iglesias pertecientes al sistema religioso de este tiempo. La mayoría de estas iglesias abogaban formar parte de la verdadera iglesia de Cristo porque podrían trazar su historia hasta algún apóstol, y porque sus ministros de culto fueron ordenados por obispos que a su vez fueron ordenados por otros obispos que también podían demostrar su linaje apostólico.

Pero, ¿la catolicidad y autoridad de la iglesia depende de esta clase de sucesión? O más bien, la legitimidad de la iglesia depende de su identidad con la doctrina y práctica apostólica. En el libro de los Hechos, el Dr. Lucas, nos presenta lo que es la verdadera catolicidad y autoridad de la iglesia: “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles” (Hch. 2:42). También Pablo, el apóstol, insiste en que las iglesias locales deben mantenerse firme en la doctrina que fue enseñada por los verdaderos apóstoles nombrados por Cristo: “Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra” (2 Tes. 2:15).

Buena parte de las iglesias que, con el tiempo, llegaron a llamarse “Católicas” (ya sean romanas u ortodoxas) se apartaron de la doctrina apostólica y adoptaron un sistema doctrinal adaptado a las circunstancias de cada época. Pero lo mismo sucedió con muchas de las iglesias que surgieron de la Reforma Protestante, las cuales abogaron, en un principio, por el regresar a la doctrina apostólica.

¿Significa esto que no hay esperanzas y que la verdadera iglesia de Cristo no existe ya? De ninguna manera (usando el lenguaje de Pablo, el apóstol), pues, Jesús, el Dios Todopoderoso se encarga de preservar a su verdadera iglesia y en cada siglo él conserva para sí a un remanente, a un pequeño rebaño que es fiel a la doctrina apostólica y que se edifica en el fundamento que ha sido puesto por los verdaderos apóstoles y profetas: “Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” (Ef. 2:20).

Todas las iglesias locales que se fundamentan en la doctrina total de las Sagradas Escrituras, que siguen a Cristo y se sujetan a Su palabra son iglesias verdaderas, independientemente del apellido que ellas usen.

Por lo tanto, es nuestra responsabilidad como cristianos cerciorarnos, a través de la doctrina bíblica, que estemos congregándonos en una iglesia que conserva las marcas que nos dieron Cristo y los apóstoles.

Su servidor en Cristo,

Julio César Benítez

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