Pregunta:
Gracias Pastor por su amor por la obra y perdone Ud.. Pero al contarle de su predicacion a un amigo que se fue de la Iglesia me hablo de estas preguntas..
Respuesta:
Respecto a su pregunta, la carta está dirigida a «los hermanos», como dice en el capítulo 3, es decir, a la iglesia, a los creyentes.
Las advertencias de esta carta, que son usadas por los arminianos para sustentar su tesis de que los verdaderos creyentes pueden perder la salvación, no tienen como fin argumentar este error, pues, todas las Sagradas Escrituras están a favor de la doctrina de la perseverancia final de los santos; incluso la misma carta contiene claras enseñanzas respaldando esta verdad.
No obstante, como dice Arthur Pink en su comentario a Hebreos: ¿Cuáles son los medios que usa Dios para que perseveremos hasta el fin? “Estas advertencias”, responde él. Cuando el Señor advierte a los creyentes del peligro serio que corren si deciden abandonar el cristianismo bíblico para ir en pos de cualquier otra cosa, está afirmando nuestra fe. Pero a la misma vez es un mensaje para los falsos creyentes, pues, es común que dentro de los miembros de iglesias bíblicas, haya algunos que no conocen a Dios realmente, como dice Pablo. Estos serán confrontados en su fe, y al revisar y encontrar que no tienen la fe que caracteriza a los que perseveran hasta el fin, entonces el Señor usará esa advertencia para traerlos al evangelio.
Ahora, la pregunta que algunos se pueden hacer es: Si Dios sabe que ningún verdadero creyente apostará, entonces ¿Por qué darles advertencias de algo que nunca harán? Bueno, esto es un misterio, pero es la forma que Dios usa para mantenernos despiertos. El Señor Jesús también nos dio muchas instrucciones acerca del peligro de regresar: él dijo que el que toma el arado y mira hacia atrás no es digno de él. No obstante, el autor de hebreos, al finalizar la exhortación de Hebreos 10, dice, con total seguridad: «Nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que perseveran para salvación del alma». Esta es la seguridad del creyente, que, luego de haber examinado su fe, encuentra que efectivamente está presente, y entonces tiene la certeza de que nunca abandonará a Cristo, ni será abandonado por él.
Vuestro servidor
Julio C Benitez