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¿Qué significa que en tiempo de los jueces cada uno hacía lo que bien le parecía?

Pregunta:

Muy apreciado pastor Julio Cesar:
Quiero saludarle en el nombre de nuestro amado Señor Jesucristo nuestro Salvador, esperando que Sus nuevas Misericordias para con usted y los suyos sean extraordinarias, que siga a delante con esta misión que le ha sido encomendada y que coseche muchos triunfos en el poder del Espíritu de Dios.
Paso a consultarle nuevamente sobre un pasaje bíblico que le ruego el favor me instruya qué nos dice allí el Señor, pues es algo confuso para mí y es la razón por la cual le escribo, el pasaje es el siguiente:
Jueces 17:1-5 allí nos refiere la Palabra de Dios que todos hacían lo que mejor les parecía puesto que no había quien los dirigiera, pero, algo de Dios debían saber, me imagino yo, entonces no entiendo porqué razón estos personajes actúan de esta forma, como una mamá bendice al hijo después de robarle porque él mismo lo ha admitido, con ese dinero le hace ídolos y el propio papá lo consagra como sacerdote sin ser el indicado para ello.
Jueces 17:7-11 En este pasaje, como Micaias inviste de sacerdote a un levita si ya lo había hecho con su propio hijo, aunque no nos dice si éste continuaba en casa o no, de todas maneras es la segunda vez que lo hace.
Jueces 19: 29-30 Como procede este levita después de que le han descuartizado a su esposa y violado durante toda la noche que esto le causo la muerte, la corta en 12 pedazos y la distribuye por todo Israel, no se había visto eso jamas.
Le agradezco mucho mi amado pastor que le preste atención a estas inquietudes y que me haga llegar su respuesta, es para mi motivo de regocijo el hecho de que me envíe el banco de la fe cada día y los estudios del libro de Hebreos, le pido nuevamente el favor de que me envíe el numero uno, pues tengo desde el dos en adelante, reciba mi abrazo cálido lleno de cariño.
Te amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA

Respuesta:

Apreciada Magnolia,
 
Gracias por enviar su pregunta.
 

Creo que la clave para responder su inquietud se encuentra en Jueces 17:6 “En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía”. El tiempo de los jueces fue una época de mucha decadencia espiritual. Los miembros del pueblo de Israel se habían olvidado muy pronto del Dios del cielo y de sus mandamientos; y una vez que habitaron la tierra prometida, y disfrutaron de sus riquezas, se apartaron de Dios.

Ellos se habían olvidado de las palabras de advertencia que les dio Moisés: “Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob que te daría, en ciudades grandes y buenas que tú no edificaste, y casas llenas de todo bien, que tú no llenaste, y cisternas cavadas que tú no cavaste, viñas y olivares que no plantaste, y luego que comas y te sacies, cuídate de no olvidarte de Jehová, que te sacó de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre” (Deut. 6:10-12).
Muestra de la decandencia de esta época oscura del pueblo de Israel es la declaración de Jueces 17:6 “Cada uno hacía lo que bien le parecía”, es decir, la guía para sus vidas no era la Palabra de Dios, sino sus propios deseos, sus propios sentires, sus propios anhelos. Cada uno pensaba agradar y obedecer a Dios, no conforme Dios lo que había estipulado en la ley de Moisés, sino conforme al parecer o el sentir de cada uno.
Es un peligro muy serio para el pueblo de Dios cuando cada uno se guía por sus sentimientos, o deseos o el buen parecer, pues, nuestro corazón es engañoso y por lo general anhela lo que es contrario a la Ley de Dios: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jer. 17:9).
El tiempo de los jueces se caracterizó por una religión mística, espiritualista, supersticiosa y vacía. La gente quería servir a Dios a través de los medios que bien le parecían: Jefté, siendo un juez, hizo un voto apresurado e innecesario, y tuvo que sacrificar en holocausto a su propia hija (Jue. 11:30); Sansón, otro juez de Israel, se dio al amor de las mujeres extranjeras y de las rameras; Barac, otro juez, temió ir a la guerra si no lo acompañaba una mujer, Débora. El estado espiritual de Israel era tan bajo que hasta las mujeres tuvieron que asumir responsabilidades que le habían sido asignadas por Dios a los varones: Débora tuvo que regir como jueza y profeta de Israel, incluso tuvo que acompañar a la guerra a Barac, pero ella entendía que esas funciones no eran para las mujeres, sino que Dios estaba avergonzando a los varones al poner mujeres en posición de autoridad: “Ella dijo: Iré contigo, más no será tuya la gloria de la jornada que emprendes, porque en mano de mujer venderá Jehová a Sísara” (Jue. 4:9).
Las consecuencias de añadir a la revelación de la Palabra de Dios los sentires, anhelos y pareceres humanos, así parezcan muy espirituales o den paz en el corazón, no son más que engaños de nuestros perversos corazones. Las consecuencias de no ser guiados por la infalibe y máxima autoridad en materia de fe y conducta fueron los hechos que se encuentran en Jueces 17 al 21. Todos estos actos estuvieron marcados por el pecado, por una naturaleza rebelde y hostíl a Dios.
Cuando la gente quiere rechazar la dirección de la Ley de Dios, y más bien desean hacer lo que bien le parecierie, entonces, Dios los abando a su propio pecado: “Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por lo siglos. Amén.” (Ro. 1:22-25).
 
Su servidor en Cristo,
Julio César Benítez
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