8. La Roca golpeada

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La roca golpeada

En Éxodo 17, versículos del 1 al 7, dice el Señor: “Toda la congregación de los hijos de Israel partió del desierto de Sin por sus jornadas, conforme al mandamiento de Jehová, y acamparon en Refidim; y no había agua para que el pueblo bebiese. Y altercó el pueblo con Moisés, y dijeron: Danos agua para que bebamos. Y Moisés les dijo: ¿Por qué altercáis conmigo? ¿Por qué tentáis a Jehová? Así que el pueblo tuvo allí sed, y murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados? Entonces clamó Moisés a Jehová, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a un poco me apedrearán. Y Jehová dijo a Moisés: Pasa delante del pueblo, y toma contigo de los ancianos de Israel; y toma también en tu mano tu vara con que golpeaste el río, y ve. He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo. Y Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel. Y llamó el nombre de aquel lugar Masah y Meriba, por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron a Jehová, diciendo: ¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no?

Esta sombra de la Cruz es muy especial y distinta a las anteriores, en las que hemos visto que estas sombras son un rastro de sangre; en esta no hay sangre, pero si hay un golpe, y del golpe sale agua que salva la vida al antiguo pueblo de Dios. 

Esta sombra de la Cruz ocurre después de la redención, de la salida de la esclavitud; los que fueron redimidos solo lo fueron externamente. Interiormente seguían siendo esclavos de Satanás y del pecado; eran un pueblo en su mayoría incrédulo, y Jehová determina probarlos como Él hace con todos en su pueblo. La primera prueba fue que les faltó el agua en Mara, y el pueblo murmuró contra Moisés; Dios pasó por alto el pecado y les dio agua milagrosamente. Luego vino otra prueba, volvieron a murmurar y Dios les dio el mal. Vino una tercera prueba en un lugar llamado Refidim, pero Dios decidió responder al pecado del pueblo de una forma diferente.

Hay un lenguaje especial en este pasaje que usa un vocabulario judicial, de una corte, de un tribunal. La palabra “altercó” en el versículo 2 es un reclamo jurídico, es poner a Dios ante un tribunal; igual con las palabras “Masah” y “Meriba”.

¿Cómo reacciona Dios ante este horrible pecado de ponerlo en un juicio en la silla de los acusados? Dios acepta el juicio y se juzga a sí mismo. En el versículo 5 Moisés y los ancianos constituyen un jurado, la vara de Moisés es la vara del juicio de Dios con la que juzgó y destruyó a los egipcios. 

El versículo 6 dice que Dios estará sobre la Peña de Horeb como acusado que es juzgado y condenado; y la roca eterna será golpeada, y dice el texto: “…y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo”, y tendrán vida. ¿Pueden ver esta grandiosa sombra de la Cruz?

Aunque Dios decidió perdonarlos una vez más en Refidim, el Nuevo Testamento nos dice claramente, en 1 Corintios 10: 4, que Cristo es aquella roca. Así la roca, siendo inocente, es juzgada y golpeada por la vara de la ira de Dios.

Y de su herida, y por su golpe, de su costado salieron sangre y agua, como en esta sombra de la Cruz, agua que da vida, pero vida eterna. Como dice en otro lugar: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba…de su interior correrán ríos de agua viva”, Juan 7: 37b y 38b. Y en otro lugar dice: “Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva”. 

Pero esta sombra de la Cruz tiene una cosa más que la hace diferente y es por ser la única que tiene una segunda parte, otro evento en el que se complementa la grandeza de la Cruz. 

Casi 40 años después del golpe a la roca en Refidim Moisés se ve en una situación muy similar con la segunda generación de israelitas.  Números 20, del 1 al 3, relata el mismo pecado, la misma situación, pero distintas personas. Y allí Dios le dice a Moisés, no que golpee la roca, sino que hable a la roca, a la vista de todos, y ella dará su agua. Pero Moisés pierde la mansedumbre que lo caracterizaba, y con ira golpea la roca en vez de hablarle.

Dios de todos modos hace salir agua de la roca, pero castiga a Moisés y a Aarón porque lo representaron con ira cuando ésta ya había sido aplacada en el primer golpe a la roca, 40 años atrás. Al ver estos hechos complementarios solo podemos decir: ¡Oh! Qué maravillosa es esta sombra de la Cruz.

El Nuevo Testamento, en Hebreos 10: 14, dice: “…porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados”. ¿Por qué la roca eterna no se puede golpear dos veces? Porque con un solo golpe, el de El Calvario, Cristo aseguró la perfección para todos aquellos a quienes sustituyó en el golpe de la ira de Dios.

¿Pueden ver por qué el Señor se enojó tanto con Moisés y Aarón, y no les permitió entrar en la tierra prometida? Porque dibujaron mal la sombra de la Cruz.

La sombra había quedado bien dibujada en Horeb; un solo golpe es suficiente, porque fue un golpe perfecto. No se requiere un segundo golpe a la roca eterna, con un solo golpe hizo perfectos a los santificados.

Recuerda Hermano estas sencillas palabras: Un solo golpe a la roca eterna “,,,hizo perfectos para siempre a los santificados”. Y tu salvación perfecta, por ese golpe perfecto, está asegurada.

¡Oh, Señor! Qué grandiosa es la Cruz, y qué formidable es entender sus sombras. Al iluminarlas con el Nuevo Testamento, vemos en perfecta claridad la Gloria de la Cruz, Gloria que ilumina nuestro corazón y nos llena de pasión por Aquel que se dejó golpear por la ira de Dios en nuestro lugar. 

¡Oh! Denle alabanzas sublimes a la Gloria de la Cruz. Démosle hoy y siempre alabanzas porque no hay nada más perfecto que la obra de la Cruz. Amén.

 

La roca golpeada -Poesía-

 

¿Quién ha visto al Gran Creador?

¿Quién entiende su tipológica revelación?

¿Que Dios es un gran pintor,

Y de sombras tiene colección?

 

Oh sombra de la Cruz inquietante,

En ti no hay ningún sangrar;

El rojo carmesí rutilante,

El agua viva lo va a reemplazar.

 

Una prueba, no bebieron, hay sequía,

Litigio, murmuraron, qué gran mal.

Acusan a Aquel que bien los guía,

Sentaron a Dios al tribunal.

 

Moisés ve con un jurado

Y la vara del juicio sostenida,

Sobre aquella roca me he posado,

Tu golpe a la roca será mi herida.

 

De mi trauma el agua brotará,

Y en ella salvación he concedido;

Todo mi pueblo la beberá,

Otra sombra de la Cruz he construido.

 

Pasa el tiempo y el pecado se repite;

Moisés, habla a la roca, te lo he dicho,

Esta sombra sólo un golpe admite,

Tu ira la deja en entredicho.

 

De las sombras de la Cruz es singular,

Has desdibujado mi pintura;

Por eso te voy a castigar,

Sin pisar la tierra irás a sepultura.

 

¡Oh, Señor! Te alabo por la roca golpeada,

Prenda segura de nuestra salvación;

¡Oh imagen tan bien dibujada!

¡Denle Gloria, Alabanza y Honor! Amén.

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