En Números 21 del 4 al 9, así dice el Señor: “Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo, para rodear la tierra de Edom; y se desanimó el pueblo por el camino. Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano. Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían al pueblo; y murió mucho pueblo de Israel. Entonces el pueblo vino a Moisés y dijo: Hemos pecado por haber hablado contra Jehová, y contra ti; ruega a Jehová que quite de nosotros estas serpientes. Y Moisés oró por el pueblo. Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá. Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía”.
Este maravilloso evento histórico, y esto es un evento histórico y no una fábula, muestra la pecaminosidad del hombre, la ira de Dios contra el pecado del hombre transgresor, el arrepentimiento necesario del hombre pecador y la gracia de Dios que realiza una obra para salvar al hombre pecador de su justo castigo.
Este pasaje es claramente una sombra de la Cruz. El Señor Jesús dijo de este mismo pasaje: “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”, Juan 3: 14 y 15. La correspondencia entre los personajes y los hechos de este pasaje, con la obra de la Cruz, es totalmente transparente.
Los israelitas, y su pecado de murmuración, queja, ingratitud e incredulidad, son como la raza humana entera, saturada de horrendos pecados, mentiras, robos, homicidios, abortos, fornicaciones, pornografía, homosexualismo, transexualismo, abuso sexual de niños, adulterio, borracheras, consumo de drogas, entre muchas. El castigo enviado por Dios es justo, serpientes que los muerden y matan, son como castigos que Dios envía a esta humanidad pecadora, que matan a muchos y destruyen sus bienes, como estos castigos que vemos hoy en día, incendios, inundaciones, huracanes, terremotos, pandemias, las llamadas trompetas de la ira de Dios, que describe Apocalipsis en los capítulos 8 y 9.
A diferencia de estos hombres de hoy que no se arrepienten con estas trompetas de ira, aquellos hebreos se arrepintieron al ver encendida la ira de Dios contra ellos; y ante el arrepentimiento verdadero Dios reacciona enviando salvación. En este caso con el levantamiento de una serpiente de bronce con el mandato, para todo el que sea mordido, que mire y será librado del veneno mortal. Nada más claro en relación con la Cruz; Dios levanta a su Hijo en un madero y ordena que, todo el que vea su sentencia de muerte a causa de sus pecados, mire la Cruz, es decir, crea que ese es Dios hecho hombre, muriendo como un sustituto, que recibe la ira de Dios y que muere en lugar del pecador.
El que mire de esa manera la Cruz no recibirá la ira de Dios en el fuego eterno, que es lo que merece. Así como no morirán los hebreos mordidos por las serpientes, los pecadores que miran con fe la obra de la Cruz no irán al castigo eterno.
Vemos una vez más en esta Sombra de la Cruz la eficacia de ella; así como el veneno no mata a los hebreos, la ira de Dios no toca a los que miran con fe la obra de la Cruz. Esto es algo que debemos celebrar los que ya somos creyentes, y los no creyentes deben aprovechar. Miren la Cruz arrepentidos de sus pecados, con fe, y serán salvos de la ira de Dios, les dice esta sombra de la Cruz.
Una pregunta final: ¿Por qué Dios escogió una serpiente como símbolo de la Cruz, si ella es un símbolo de Satanás? La respuesta es que en la Biblia hay símbolos que tienen varios significados; la serpiente también es un símbolo de maldición y del ser humano, como Juan el Bautista dijo a los fariseos: “¡Generación de Víboras!”, Mateo 3: 7. Así entonces, Cristo, Dios hecho hombre, es hecho maldición en una Cruz y levantado como aquella serpiente, y así la sombra es perfecta.
¡Oh, Señor! Cuán hermosa es tu manera de enseñar con hechos reales del pasado, que apuntan a hechos reales del futuro, y nos muestras cuán segura es nuestra salvación. Como aquellos hebreos que no morían al ser inoculados con el veneno mortal, así los que creemos en el Hijo de Dios, Cristo Jesús levantado en una Cruz, no sufriremos la ira de Dios. Pero a la vez, qué tan segura es la condenación para los que lo rechazan, tal como los mordidos que no vieron la serpiente levantada, todos murieron. Así los que rechazan la Cruz, a una morirán y descenderán al fuego eterno, porque la palabra de la Cruz es infalible. Amén.
Sombra antiveneno -Poesía-
En desierto un pueblo agotado,
Contra Dios ha murmurado.
Castigo del cielo ha venido,
Serpientes los han mordido.
Del veneno nadie sobrevive,
No hay quien a la muerte la esquive.
Perdón suplican esta vez,
Ayúdanos, ¡Oh! Ruegan a Moisés.
El Señor una sombra les da,
Serpiente de bronce les levantará,
Si mordido la miras podrás
De la muerte si escaparás.
Esta sombra que anula el veneno,
Enseña en otro terreno
Que el infierno ha sido vencido,
Pues Cristo levantado, ha perecido.
Su muerte, el gran sustituto,
Da propiciación, ese es su fruto.
Si el pecador lo mira creyente,
Vida eterna tendrá permanente.
Una sombra que libra de muerte,
Una Cruz que tienes enfrente.
Mírala pronto, ¡Oh vil pecador!
Sin ella no tendrás Salvador.
Amén.