Génesis 2: 1 al 3, así dice el Señor: “Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación”.
En nuestros tres episodios anteriores hemos visto lo que podríamos llamar “Cristo en la creación”. En el actual episodio llegamos al final de la creación, “El día de reposo”, y podríamos preguntarnos: ¿Por qué un día de reposo si Dios no se cansa? Podemos responder correctamente basados en la Escritura, para darle un patrón de vida al hombre que sí se cansa, seis días de trabajo y uno de descanso. Eso le será muy bueno a quien sí se cansa y tiene que trabajar.
Pero, considerando la verdad que aprendimos en los episodios anteriores, que la creación fue hecha pensando en la redención, podemos también responder esa pregunta de la siguiente manera: Que el día de reposo fue hecho por causa de Cristo el Redentor.
Si en Génesis 1: 1 al 5, que ya vimos, se nos muestra una lucha entre la luz y las tinieblas, según lo verifica Juan 1: 1 al 5, esa lucha debe tener una victoria final, como lo afirma este pasaje en Juan: “La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella”, Vs. 5. Así que habrá una separación definitiva entre la luz y las tinieblas, como lo anticipa muy bien el final del primer día de la creación “…y separó Dios la luz de las tinieblas” (Gén. 1: 4).
Hemos de suponer que ese final es el reposo definitivo que Dios traerá a sus escogidos al final de su maravilloso plan; reposo en el que no habrá ningún mal, ninguna carga, ninguna fatiga, ningún sufrimiento, sino que “…gozo perpetuo habrá sobre sus cabezas” (Is. 51: 11) y Cristo es el autor de tan maravilloso reposo, que está representado desde el séptimo día de la creación.
Pero, podemos ver aún de otra manera en que el día de reposo está ligado a la redención y, por lo tanto, a Cristo el Redentor, y es por el cambio en la razón para guardar el día de reposo. Cuando Dios da los Diez Mandamientos por primera vez, la razón para guardar el día de reposo es la creación, como vemos en Éxodo 20: 8 al 11. Pero cuando Dios da los Diez Mandamientos por segunda vez, la razón para guardar el día de reposo es la redención, como vemos en Deuteronomio 5: 13 a 15.
Y la redención de Israel, claramente, es un tipo de la redención de la Iglesia, “Pero los que hemos creído (En Cristo) entramos en el reposo…”, como dice Hebreos 4: 3, en el Nuevo Testamento. Luego Cristo es nuestro reposo, el reposo de nuestra alma; como Él mismo dice: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mt. 11: 28), luego, todo reposo habla de Cristo.
Cristo y el Día de Reposo. Esta enseñanza la podemos seguir por toda la Biblia. En Génesis ya vimos su rastro. En Éxodo, Israel que guarda el día de reposo y la tierra prometida es un tipo del reposo final que Cristo dará a sus escogidos cuando convierta a la tierra entera en el lugar de su reposo, en su tierra prometida. En Deuteronomio ya vimos el cambio de razón para guardar el día de reposo.
Y aún viene otro cambio, el cambio del día de reposo. De la primera creación, en Génesis, y la primera redención, en Éxodo, pasamos a la segunda creación y a la segunda redención en la obra de la Cruz. Del séptimo día de la semana al primer día de la semana; cambia porque el Redentor inicia la segunda creación con su resurrección, que es claramente enseñado por el Nuevo Testamento, efectuada en el primer día de la semana, el Domingo.
Y Él es las primicias de la nueva creación, y realiza la segunda redención, el verdadero éxodo, la salida del dominio del diablo y del mundo, un segundo faraón, un segundo Egipto, una segunda esclavitud, fueron totalmente vencidos en la Cruz. En la Cruz se produce nuestro éxodo, nuestra redención, y la resurrección marca el cambio del día de reposo, pues Cristo es el dador de todo reposo.
¿Pueden ver la gloria de Cristo proyectada también desde el séptimo día de la creación? Allí comienza nuestro Dios a hablar de la gloria de Cristo a través de ese primer día de reposo. ¿Pueden ver su conexión lineal y progresiva a lo largo de toda la Escritura, hasta llegar al reposo eterno de los santos, teniendo como único autor y dador del mismo al que fue crucificado?
¡Oh, gloria a Cristo! ¡Gloria a su Cruz, que nos dio tan grande reposo, que ya disfrutamos, pero aún en medio de aflicciones! Pronto lo disfrutaremos perfecto en cielo nuevo y tierra nueva, cuando nuestro gran Salvador regrese. ¡Oh, qué reposo nos ha dado nuestro Dios! ¡Aleluya! ¡Gloria a Cristo por su maravilloso reposo, y por el día del Señor, el Domingo! ¡Anticipo poderoso de tan grande reposo! Amén.
Cristo y el día de reposo -Poesía-
Si tú no te fatigas
Dime gran Creador,
¿Por qué el séptimo día lo ligas
Con un reposo reparador?
Es que quiero hablarte de mi Hijo,
Del séptimo día Él es Señor.
Y aquel primer reposo predijo
El final de todo dolor.
En cruenta Cruz ha logrado
Que tu alma entre a reposar;
Un reposo no imaginado
Que ahora puedes disfrutar.
Tu reposo pronto será eterno,
Un Domingo que durará la eternidad,
Mientras los incrédulos en el infierno
Sin reposo pagarán su maldad. Amén.