En Génesis 6: 5 al 18 y 22, así dice el Señor: “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho. Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová. Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé. Y engendró Noé tres hijos: a Sem, a Cam y a Jafet. Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia. Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra. Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera. Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su altura. Una ventana harás al arca, y la acabarás a un codo de elevación por la parte de arriba; y pondrás la puerta del arca a su lado; y le harás piso bajo, segundo y tercero. Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá. Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo… Y lo hizo así Noé; hizo conforme a todo lo que Dios le mandó”.
Hebreos 11: 7: “Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe”.
Los personajes importantes de la Biblia, como Noé, aunque el Nuevo Testamento no diga directamente que son tipos de Cristo, como dice de Adán, también estos personajes importantes son tipos de Cristo, especialmente aquellos que ejercieron los tres oficios de Cristo: Profeta, sacerdote o rey.
Noé fue profeta, 2 Pedro 2: 5 lo llama: “…pregonero de justicia”; fue sacerdote, ofreciendo sacrificios, y como patriarca fue un rey para su familia. Además, recordemos que, si la creación fue hecha pensando en la redención, también la narración de la historia de la redención está cargada del Redentor y de la redención misma, por todas artes.
En ese orden de ideas, Noé nació en un mundo muy afectado por la maldición de Dios después de la caída, y su padre profetizó que él, Noé, les traería descanso. Cristo también nació en un mundo maldito; para quitar esa maldición y dar a su pueblo descanso, su Padre, de igual forma, también profetizó lo mismo acerca de Él.
Noé nació en tiempos de exagerada maldad. Cristo nació para quitar esa exagerada maldad de su pueblo, y luego de la tierra entera. Dice el texto que: “Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová”; gracia es algo que se recibe, no que se gana. Cristo fue escogido del Padre, “…lleno de gracia y de verdad”, como se lee en Juan 1: 14.
Noé fue pregonero de justicia y advirtió el juicio de Dios por 120 años, como vemos en Génesis 6: 3. Cristo fue pregonero de justicia por tres años y medio, y habló más del infierno que del cielo. A Noé Dios le ordenó construir un arca, es decir hacer una obra desconocida para la época, guiado por Dios, y por medio de esa arca se salvarían del juicio de Dios él y los que estaban unidos a él por un vínculo familiar. Dios le ordenó a Cristo hacer una obra, la Cruz, obra no entendida por nadie en su época, por medio de la cual se salvarían todos los que estaban unidos a Él por un vínculo espiritual y eterno, establecido desde antes de la fundación del mundo por el Padre y su elección.
Noé obedeció de manera perfecta, porque tuvo fe, y con su obediencia condenó al mundo incrédulo y desobediente, y salvó su familia. Cristo obedeció de manera perfecta y por su obra, la Cruz, será condenado todo ser humano que la rechace, y será salvado todo ser humano que crea en ella y actúe en obediencia a Cristo; ellos serán eternamente la familia de Dios.
La obra de Noé, el arca, salvó los animales y permitió una renovación de la creación. Cristo en la Cruz salvó toda la creación y aseguró una nueva creación, hogar para Él con el hombre salvado. En el arca de Noé había una sola puerta de salvación y Dios mismo se la cerró a Noé. Cristo es la única puerta de salvación, y Él como hombre no sabe cuándo la cerrará el Padre, y le dará la orden de iniciar el diluvio de fuego que destruirá a todo el mundo incrédulo. Cristo dice que en aquel día los hombres tocarán la puerta de salvación, pero será tarde, según lo relata Lucas 13: 22 a 27. Es seguro que lo mismo sucedió en la puerta del arca de Noé.
Cam, hijo de Noé, al no tener temor de ver la desnudez de su padre cuando éste se embriagó, mostró que él y su descendencia son una generación maldita, por eso su padre Noé los maldijo. Igual Cristo les dirá a todos los que no escuchan sus advertencias, y reciben la oferta de perdón por medio de la Cruz: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno” (Mt. 25: 41). También como Noé bendijo a Sem y Jafet, quienes mostraron temor de Dios y no vieron su desnudez, Cristo bendecirá a todos los que le obedecen diciéndoles: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo” (Mt. 25: 34).
¡Oh, Señor! Aumenta nuestra seguridad de que, por nuestra fe en Cristo, seremos salvados del diluvio de fuego que vendrá sobre tanta maldad que hay hoy sobre la faz de la tierra, como en los días de Noé. Te lo pedimos en el Nombre de Cristo. Amén.
Cristo en Noé y su arca -Poesía-
¡Oh, tierra que quedaste maldita!
¡Oh, humanidad tu maldad ha aumentado!
Como en días de Noé se precipita,
Diluvio de fuego te han anunciado.
Un solo hombre genera el escape,
Una sola arca para aquel diluvio;
De Noé el barco es rescate,
De Cristo y su Cruz un preludio.
Una sola puerta pondrás a tu barco,
Y yo traeré su siervo,
Dijo Dios al patriarca muy parco,
Cumplimiento en Cristo esto tiene.
¡Oh, humanidad depravada!
Que al pregonero de justicia burláis;
El arca de Cruz está preparada,
Si no entráis en ella, tu salvación rechazáis. Amén.