Génesis 28: 1 al 5, 10 al 12 y 17 al 18: “Entonces Isaac llamó a
Jacob, y lo bendijo, y le mandó diciendo: No tomes mujer de las
hijas de Canaán. Levántate, ve a Padan-aram, a casa de Betuel,
padre de tu madre, y toma allí mujer de las hijas de Labán,
hermano de tu madre. Y el Dios omnipotente te bendiga, y te
haga fructificar y te multiplique, hasta llegar a ser multitud de
pueblos; y te dé la bendición de Abraham, y a tu descendencia
contigo, para que heredes la tierra en que moras, que Dios dio a
Abraham. Así envió Isaac a Jacob, el cual fue a Padan-aram, a
Labán hijo de Betuel arameo, hermano de Rebeca madre de
Jacob y de Esaú…Salió, pues, Jacob de Beerseba, y fue a
Harán. Y llegó a un cierto lugar, y durmió allí, porque ya el sol se
había puesto; y tomó de las piedras de aquel paraje y puso a su
cabecera, y se acostó en aquel lugar. Y soñó: y he aquí una
escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en
el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por
ella…Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es
otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo. Y se levantó
Jacob de mañana, y tomó la piedra que había puesto de
cabecera, y la alzó por señal, y derramó aceite encima de ella”.
El siguiente personaje que nos muestra a Cristo,
tipológicamente es Jacob, hijo de Isaac. A Jacob se le señala
como el elegido y amado antes de nacer. Igual Cristo es el
elegido y amado antes de venir a este mundo.
Jacob le quita la primogenitura, el derecho, la potestad o
principado a Esaú. Igual Cristo le quita el principado a Satanás.
Isaac su padre lo bendice y lo envía a un lugar distante por una
esposa. De manera similar Cristo es bendecido y enviado a un
lugar distante por su Padre Dios, para tomar a su esposa.
Jacob, después de ser bendecido y en la angustia por la
animadversión de su hermano, llegó a cierto lugar y, siendo de
noche, tomó piedras y las puso por cabecera. Siempre parece
extraño que alguien use una piedra por almohada. Cristo llegó a
cierto lugar, siendo de noche y en la angustia por tener que
beber de la copa llena por los pecados inmundos de sus
hermanos escogidos por Dios, y murió en la Cruz, durmió, y…
¿Pueden suponer de qué estaba hecha la almohada sobre la
cual su cabeza, en su sueño de muerte, fue recostada? De roca,
de piedra.
Jacob dormido soñó y vio aquella maravillosa escalera que unía
el cielo con la tierra. Juan 1: 51: “Y le dijo: De cierto, de cierto os
digo: De aquí adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de
Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre”; este
versículo dice claramente que Cristo es la escalera que vio
Jacob. Dios le dijo en aquel momento a Jacob: “He aquí, yo
estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y
volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que
haya hecho lo que te he dicho” (Gén 28: 15). Les invito a que
piensen, al leer este versículo, en Dios no hablando con Jacob
sino con su Hijo eterno, el Señor Jesucristo.
Jacob llamó a ese lugar “…puerta del cielo”; Jesús dijo: “Yo soy
la puerta; el que por mí entrare, será salvo …” (Juan 10: 9a), es
decir, entrará al cielo. ¿Qué hizo Jacob al día siguiente cuando
despertó? Derramó aceite sobre la piedra, de aquel lugar que se
llama “…Casa de Dios” (Gén, 28: 17). ¿Qué hizo Cristo cuando
despertó de su dormir de la muerte? Fue a la Iglesia que es
llamada “…Casa de Dios”, que está fundada sobre la roca
ungida, y derramó sobre ella el aceite del Espíritu Santo.
¿Pueden ver a Cristo, el verdadero Jacob?
Cuando Jacob llegó a la tierra a la que lo envió su padre, acordó
un precio por su esposa, trabajó duro para comprarla. Cristo, en
el Consejo Eterno de Redención, acordó un precio por su
esposa, el de su propia muerte; y ningún otro trabajo fue más
duro que morir para poder poseerla.
Cuando Jacob llegó a Peniel, durante la noche, después de
expresar a Dios su gran angustia, pues iba a morir en manos de
su hermano, Esaú; extrañamente Dios vino a él y lo atacó,
Jacob luchó. Y dice Oseas 12: 3 y 4: “En el seno materno tomó
por el calcañar a su hermano, y con su poder venció al ángel.
Venció al ángel, y prevaleció; lloró, y le rogó; en Bet-el le halló, y
allí habló con nosotros”, y Jacob venció a Dios y llevó su cojera,
su herida, durante toda su vida. ¿No es esta una imagen del
verdadero Jacob?
Cuando Cristo llegó a Getsemaní, durante la noche, estaba a
punto de ser asesinado por sus hermanos; allí expresó su gran
angustia tres veces y luego, en la Cruz, Dios lo atacó con su ira,
pues había bebido la copa llena de todas las inmundicias de los
elegidos. Y con su obediencia y mansedumbre soportó aquel
indescriptible ataque; y con ello venció la ira de Dios, la
consumió totalmente. Y Dios lo hirió, dejándolo herido y
marcado en su cuerpo para siempre. ¿Pueden ver a Cristo en
Jacob?
¡Oh, Señor! Estoy maravillado de ti, grandísimo Padre; estoy
maravillado de ti, grandísimo Hijo; estoy maravillado de ti,
grandísimo Espíritu Santo. ¿Estás tú también, Amado Hermano,
maravillado ante la grandeza de tu Dios; al ver estas sombras
del Crucificado? ¡Oh, Señor! ¡Oh, Dios Todopoderoso!
¡Queremos más de Cristo! No han nada ni nadie como Él.
Danos más de Él, te lo pedimos en su Nombre santo. Amén.
Cristo, el verdadero Jacob -Poesía-
Desde el vientre fue escogido,
Jacob es el señalado.
Como Cristo el bendecido,
A Él ha tipificado.
Padan-Aram es tierra muy baja,
Tu depravada esposa vive allí;
Pagarás por ella y sin rebaja
Con toda tu sangre carmesí.
Dormirás sobre una piedra,
Extraña almohada has de usar,
Pues a Cristo no lo arredra,
Morir, dormir, su cabeza recostar.
¡Oh, mi Dios! ¿Quién te ha vencido?
¿Quién tu ira puede derrotar?
¿Si no es de Jacob, a quien tú has herido,
Y marcado por la eternidad? Amén.