En Éxodo 28: 1 al 43 se lee: “Harás llegar delante de ti a Aarón tu hermano, y a sus hijos consigo, de entre los hijos de Israel, para que sean mis sacerdotes; a Aarón y a Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar hijos de Aarón. Y harás vestiduras sagradas a Aarón tu hermano, para honra y hermosura…Las vestiduras que harán son estas: el pectoral, el efod, el manto, la túnica bordada, la mitra y el cinturón…y harán el efod de oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido, de obra primorosa…Y tomarás dos piedras de ónice, y grabarás en ellas los nombres de los hijos de Israel…Y pondrás las dos piedras sobre las hombreras del efod, para piedras memoriales a los hijos de Israel; y Aarón llevará los nombres de ellos delante de Jehová sobre sus dos hombros por memorial…Harás asimismo el pectoral del juicio de obra primorosa, lo harás conforme a la obra del efod, de oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido. Será cuadrado y doble, de un palmo de largo y un palmo de ancho; y lo llenarás de pedrería en cuatro hileras de piedras…Y las piedras serán según los nombres de los hijos de Israel, doce según sus nombres; como grabaduras de sello cada una con su nombre, serán según las doce tribus…Harás además una lámina de oro fino, y grabarás en ella como grabadura de sello, SANTIDAD A JEHOVÁ. Y la pondrás con un cordón de azul, y estará sobre la mitra; por la parte delantera de la mitra estará. Y estará sobre la frente de Aarón, y llevará Aarón las faltas cometidas en todas las cosas santas, que los hijos de Israel hubieren consagrado en todas sus santas ofrendas; y sobre su frente estará continuamente, para que obtengan gracia delante de Jehová…”.
La mayoría de los elementos del tabernáculo estaban ocultos para el pueblo, pero las vestiduras de los sacerdotes eran visibles cuando ellos caminaban hacia el santuario, para realizar su ministerio. Y en esas vestiduras Dios también estaba proclamando la grandeza de la obra y la persona de su Hijo, el Señor Jesucristo, quien es el gran Sumo Sacerdote, que Aarón representaba cuando vestía tales vestiduras sagradas. Veamos brevemente un análisis tipológico de cada una de las piezas de estas vestiduras.
Primero, la túnica de lino, totalmente blanca; es un tipo de la santidad perfecta del Señor Jesucristo. Sobre la túnica se ponía el manto de azul, color que nos habla del cielo; Cristo viene del cielo, nos habla de su divinidad.
Sobre el manto de azul se colocaba el efod, el cual tenía dos hombreras sobre las que se depositaban dos piedras de ónice, una piedra preciosa, sobre las cuales estaba grabados los nombres de las doce tribus de Israel, que representan la Iglesia. Noten que el pasaje dice: “…y Aarón llevará los nombres de ellos delante de Jehová” Vs. 12, basado en el sacrificio que había realizado en su camino hacia el Lugar Santísimo.
El hombro en La Escritura es un signo de fuerza, poder, capacidad. ¿Qué poder tiene Cristo para sostener sobre sus hombros a su pueblo que salvó por su muerte? Su poder es infinito, no se desgasta; la Biblia dice que Él no se fatiga con cansancio. Él nos lleva en sus hombros y nos sostiene en la presencia del Santo por la expiación que realizó en nuestro favor.
No permaneceremos allí por nuestra fuerza sino por la suya, que nos sostiene. Además, no tenemos derecho de estar ahí, sino que llegamos por el derecho que Él tiene como Sumo Sacerdote.
Él nos conoce y sabe nuestras faltas y debilidades, y aún así nos sostiene porque su obra en la Cruz por nosotros nos purifica y nos hará perfectos al final de su maravilloso plan.
La garantía de nuestra perfección que da la Cruz es lo que lo hace sostenernos sobre sus hombros, a pesar de nuestras faltas, debilidades e incongruencias.
Dice el texto que esas piedras son un memorial para los hijos de Israel, para que quienes tenemos nuestro nombre escrito en esas piedras recordemos que, cuando Dios ve a su Hijo el Sumo Sacerdote Cristo Jesús, nos ve a nosotros unidos a Él y sostenidos por Él, y tiene misericordia de nosotros.
Sobre el efod viene el pectoral del juicio, un cuadro hecho de los mismos materiales sobre los cuales se pegaban doce piedras preciosas sobre los cuales se grababan, otra vez, con los nombres de las doce tribus de Israel. Algo similar a las dos piedras de ónice que iban sobre los hombros. Pero ahora son otras piedras preciosas que están sobre el corazón del Sumo Sacerdote.
La enseñanza es muy obvia, el Sumo Sacerdote, Cristo Jesús, ama al pueblo por el cual vino a morir y lo lleva escrito en su corazón, el que, junto con su afecto y su voluntad, están dirigidos a favorecer a su pueblo.
Esto es algo muy específico. No es algo para “…todo el mundo”, como dice en Juan 17: 2, como dice el propio Señor orando: “…no ruego por el mundo, sino por los que me diste” Vs. 9. No son los nombres de todos los seres humanos que han existido los que han escrito sobre esos dos tipos de piedra, no. Son los nombres de los escogidos de Dios, que Él vino a salvar; ellos y solo ellos son los que el Señor lleva en su corazón.
¿Qué mensaje te envía hoy el Señor Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote, si eres un verdadero creyente? Él te dice: -Te llevo con amor en mi corazón y nunca dejaré de llevarte así-.
Finalmente, y omitiendo otros elementos de estas vestiduras sagradas, está la mitra, una especie de sombrero sobre la cabeza del Sumo Sacerdote, el cual ponía sobre la frente de Aarón una lámina de oro fino con la inscripción: “Santidad a Jehová” Vs. 36. En este pasaje es clave la palabra: “…llevará” y dice: “…y Aarón llevará…sobre sus dos hombros” Vs. 12; “…sobre su corazón” Vs. 30, y “…sobre la frente” Vs. 38, la santidad que permitirá que las faltas cometidas por los hijos de Israel en las cosas santas hallen gracia, hallen perdón delante de Jehová por la obra del sacrificio e intercesión que hace el Sumo Sacerdote. Y esto solo puede ser posible por medio del Sumo Sacerdote, Cristo Jesús, que presente su propio sacrificio en la Cruz; solo Él tiene poder para obtener perdón y transformar a un pecador, para que tenga la misma santidad que Él tiene grabada en su frente, como cordero divino y humano que murió en nuestro lugar.
¿Pueden ver qué mensaje poderoso tienen hoy para nosotros estas vestiduras sacerdotales? ¿Pueden ver cómo nos hablan de nuestra relación con Cristo? ¿Con los hombros de Cristo? ¿Con la frente de Cristo? ¿Con el corazón de Cristo? Con sus hombros para sostenernos hasta el final; con su corazón para amarnos hasta el final; con su frente coronada de santidad para darnos gracia y santificarnos hasta el final.
¡Oh, Señor! No habíamos visto estos detalles del Evangelio de la Gracia sino en estos elementos de la Ley. ¡Cuán grande es tu sabiduría que teje las cosas de manera que podamos tener Gracia en la Ley y Ley en la Gracia!
¡Oh, Señor! Que recordemos estos memoriales especiales en los momentos difíciles de nuestra vida. Te lo pedimos en el Nombre de Cristo, Amén.
Hombros, frente y corazón -Poesía-
De Cristo, el Sacerdote Supremo,
El mensaje que da su vestido,
Da fuerza al que dice: -Yo temo-,
Es vida al que lo ha recibido.
Los hombros de Cristo sostienen
Los santos que Dios ha escogido;
Hasta el Lugar Santísimo vienen
Por fuerza y derecho que nunca han tenido.
En la frente de Cristo está escrito:
Santidad, de Dios la exigencia;
Que pecados del pueblo contrito,
Por Él hallan perdón y clemencia.
Como piedra preciosa me he visto
Colocada sobre su corazón;
Porque tengo su amor hoy persisto
Hasta el fin de mi peregrinación.
Hombros, frente y corazón,
En su vestido hoy reflejado,
El Evangelio de mi salvación
En las sombras del crucificado. Amén.