El matrimonio es ayuda para cumplir con las ordenanzas de Dios

Entonces Séfora tomó un pedernal afilado, y cortó el prepucio de su hijo, y lo echó a sus pies diciendo: A la verdad tú me eres un esposo de sangre” (Éx. 4:25).

Moisés acaba de hablar con Dios en el capítulo 3 de Éxodo. El Señor le ha dado una de las misiones más grandiosas e importantes en la historia de la redención: Liberar al pueblo de Israel de la esclavitud egipcia. Moisés, a pesar de sus temores y dudas, decide obedecer el Señor y va rumbo a cumplir la misión divina. Tomó a su esposa y a sus hijos para ir a Egipto.

Pero, sucede algo extraño en el camino, mientras descansan en una posada: El ángel de Jehová sale al encuentro de ellos, tal vez con una espada, dispuesto a matar a Moisés. ¿Cuál era la causa de ello? Moisés había incumplido con poner la señal del pacto abrahámico en sus hijos varones, y no los circuncidó. Ya sea por olvido, por descuido o negligencia, Dios estaba molesto con este que sería uno de sus ministros más grandes en el Antiguo Testamento. 

Moisés se da cuenta de cuál es la razón por la cual Dios lo quiere matar, y la esposa, que ya conocía bien la doctrina bíblica, procede a circuncidar de manera urgente al hijo varón, lo cual hace que la ira del Señor se detenga y su bendición los acompañe en tan histórico viaje.

!Qué lección tan importante para los matrimonios cristianos! Esposos y esposas laboran juntos para obedecer las santas ordenanzas del Señor, para luchar contra el pecado, y quitar de sus vidas cualquier cosa que sea ofensiva al Señor, pues, así seamos ministros o fieles servidores de él, si hay un descuido en nuestros deberes, Él nos lo recordará de una forma dolorosa; y cuando las aflicciones vienen, es deber de los dos orar, meditar en la Palabra, y descubrir en qué han estado fallando delante de Dios, y muy pronto ayudarse mutuamente a obedecer.

Un matrimonio obediente contará con la bendición del Señor, y el ministerio entregado por el Señor será más fructífero y bendecido.

No olvidemos que, como dijera un antiguo puritano: Cuando regresamos a Dios en forma de deber, Él regresará a nosotros en forma de misericordia.

Pr. Julio C. Benítez

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