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El camino hacia la madurez

El Nuevo Testamento nos advierte de muchos cristianos que, después de un buen tiempo, no habían encontrado el camino hacia la madurez. Lee con atención los siguientes versículos y sus expresiones destacadas: “Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír. Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal”, Hebreos 5: 11 al 14.

“…porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿No sois carnales, y andáis como hombres? Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿No sois carnales?”, 1 Corintios 3: 3 y 4.

¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios…Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones”, Santiago 4: 4 y 8.

“…para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se

ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor”, Efesios 4: 14 al 16.

El Nuevo Testamento nos muestra que hay un camino hacia la madurez, “Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre. Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre. Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno”, 1 Juan 2: 12 al 14.

En este pequeño tratado buscamos ayudar a los cristianos a encontrar ese Camino hacia la Madurez. Que Dios Espíritu Santo lo use en la vida de sus lectores para aumentar la percepción de la grandeza de la Cruz y guiar a cada creyente en Cristo por el Camino a la Madurez. Y esto lo suplicamos en el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.

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